Codo de Tenista
Síntomas, Tratamientos y Cómo Prevenir la Epicondilitis
- Codo

El codo de tenista, o epicondilitis lateral, es una tendinopatía de los músculos extensores del antebrazo en su unión miotendinosa con el epicóndilo lateral del codo. Esta condición es causada por el uso excesivo o repetitivo de estos músculos o por un traumatismo directo en la región. La queja más común es el dolor localizado en el epicóndilo lateral del codo, que se exacerba con la palpación, la extensión de la muñeca y la pronosupinación del antebrazo. En los casos más graves, el dolor puede irradiarse al hombro, la muñeca o ambos. Esta lesión está fuertemente asociada con el tenis debido a los movimientos específicos que requiere este deporte (extensión de la muñeca con pronosupinación del antebrazo), así como con otros deportes que utilizan patrones de movimiento similares, como el pádel, el squash, el tenis de mesa y el bádminton, entre otros. Se estima que el 50% de los jugadores de tenis aficionados sufren esta lesión, pero solo el 5% de los jugadores profesionales presentan síntomas que lleven a este diagnóstico. También puede estar relacionada con agarrar demasiado el extremo del mango, tener las cuerdas de la raqueta demasiado tensas o usar pelotas más pesadas (por ejemplo, cuando están mojadas). Sin embargo, esta no es una lesión exclusiva de los atletas. Profesiones que requieren un uso intensivo de las manos y los antebrazos, como el trabajo con computadoras (especialmente escribir o usar el ratón), artistas, músicos, electricistas, carpinteros, cocineros y fontaneros, tienen un alto riesgo de desarrollar esta condición. Afecta aproximadamente al 1-3% de la población general, siendo más común en personas de 35 a 54 años y en la mano dominante. Existen diferentes enfoques de tratamiento para esta afección, como la medicación antiinflamatoria y el reposo, las inyecciones de corticosteroides, el plasma rico en plaquetas o la inyección de sangre autóloga, la fisioterapia y la cirugía. Las tasas de éxito de estos tratamientos en la reducción del dolor y la mejora funcional aún no han sido ampliamente estudiadas. Sin embargo, según Landesa-Piñeiro & Leirós-Rodríguez (2022), la fisioterapia, que incluye terapia manual, estiramientos y ejercicios de fortalecimiento muscular, parece ser la opción de tratamiento con mejor relación costo-beneficio. Además, el uso de ortesis (como bandas de dispersión de fuerzas y kinesio taping) puede complementar las técnicas mencionadas. El tiempo de recuperación puede variar entre tres meses y un año, dependiendo de factores como la edad, un índice de masa corporal superior a 25, antecedentes de problemas similares y bajo apoyo psicosocial. Por lo tanto, la prevención de esta lesión implica abordar los factores de mal pronóstico y aplicar medidas para reducir la exposición a ellos. Se recomienda mantener un estilo de vida activo y saludable, ajustar el equipo de entrenamiento y juego, y adaptar el entorno laboral para minimizar el riesgo de desarrollar esta condición.