Hábitos No Saludables y la Fisioterapia

Influencia de Hábitos No Saludables durante el Proceso de Rehabilitación

  • Prevención
Profesional dando una sesión de fisioterapia a un paciente.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “bienestar físico, mental y social, y no simplemente la ausencia de enfermedad o dolencia.” En 2014, las Directrices de Salud Pública cambiaron el enfoque de “tratamiento de enfermedades agudas” a “gestión de los factores de comportamiento relacionados con el estilo de vida,” como el consumo de alcohol y tabaco, mala nutrición y bajos niveles de actividad física. Los fisioterapeutas desempeñan un papel fundamental en la promoción de hábitos saludables y el aumento de los niveles de actividad física. Según la OMS, la promoción de la salud se define como “el proceso que permite a las personas controlar y mejorar su salud.” Los fisioterapeutas son profesionales de la salud capaces de tratar lesiones o discapacidades mediante tratamientos basados en la prescripción de ejercicios y la educación, mejorando hábitos y comportamientos. En el ámbito de la fisioterapia, la obesidad puede ser un factor de riesgo para limitaciones funcionales, aumento del dolor, por ejemplo, en la rodilla, mayor probabilidad de desarrollar problemas como la osteoartritis y, en consecuencia, mayor riesgo de caídas, lo que reduce la calidad de vida. Se implementa un plan que combina entrenamiento de movilidad, ejercicios para ganar masa muscular y resistencia, programas cardiovasculares, así como educación y comunicación con la persona. En consecuencia, el tiempo de recuperación después de lesiones y cirugías es mayor en esta población. En cuanto al consumo de alcohol, puede interferir con el proceso natural de recuperación del cuerpo, perjudicando su capacidad para reparar tejidos dañados. En exceso, provoca alteraciones en la capacidad motora, disminución de la fuerza, deshidratación, desequilibrios nutricionales, alteraciones en el patrón de sueño, aumento de peso y complicaciones cardiovasculares. Cuando ocurre una lesión, es importante que el cuerpo inicie el proceso inflamatorio. Sin embargo, si hay consumo de alcohol (agente inflamatorio), la inflamación derivada de la lesión aumentará, provocando más dolor y retrasando la recuperación. Además, con el consumo de tabaco, existe una mayor probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, disminuyendo la capacidad y tolerancia al ejercicio. Es importante destacar que es competencia de los fisioterapeutas promover la práctica de actividad física y prescribir ejercicio, proporcionar consejos sobre cómo mejorar la salud general y educar a las personas para reducir los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y dolor crónico, como el control de un peso saludable, evitar fumar y consumir alcohol. Así, durante el proceso de rehabilitación de lesiones o discapacidades, el estilo de vida de los clientes debe optimizarse y considerarse clave para el éxito de los tratamientos y la mejora de la funcionalidad.

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