Nutrición

Es a través de la alimentación que nuestro cuerpo recibe la energía y los nutrientes necesarios para el desempeño de sus funciones, desde los mecanismos más vitales hasta las variadas actividades diarias. Así, la forma en que nos alimentamos y nutrimos impacta nuestra salud, no solo a corto, sino también a mediano y largo plazo. Hoy en día, estamos presenciando una gran expansión de la era digital, donde fácilmente tenemos acceso a una gran cantidad de información, muchas veces sin validez/evidencia científica. Es común ver diferentes puntos de vista sobre un tema determinado, lo que acaba confundiendo al lector. La recomendación es adoptar una postura más crítica al filtrar la información, especialmente la fuente, para que no nos perdamos en este océano de desinformación que es internet, sin prestar atención a la autoría y veracidad de la información. Cuando se trata de alimentación/nutrición, la fuente debería ser idealmente un profesional del campo, en este caso, un nutricionista. Lo que se sabe es que hábitos alimenticios inadecuados, como una dieta pobre en frutas, verduras, granos integrales, fibra, calcio y alta en sodio, carnes procesadas, carnes rojas y bebidas azucaradas, por ejemplo, constituyen los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónicas (como la Diabetes, el cáncer, la obesidad, ...). El IMC inadecuado (Índice de Masa Corporal, que relaciona el peso y la estatura), el aumento de la glucosa plasmática en ayunas, la hipertensión arterial y el colesterol total elevado son condiciones que pueden deberse a un estilo de vida que no promueve la salud, aumentando la probabilidad de desarrollar las condiciones mencionadas anteriormente.

Así, la adopción de una alimentación equilibrada, mediante la ingesta de un aporte adecuado de energía y nutrientes, junto con una buena hidratación y la práctica regular de actividad física, es fundamental para crear un ambiente que promueva la salud y prevenga la aparición de enfermedades. Apostar por una alimentación rica en frutas y hortalizas, cereales integrales, carnes magras, pescado, legumbres y productos lácteos bajos en grasa (si no existe intolerancia a estos alimentos), con la mayor diversidad posible dentro de estas opciones, será el camino hacia una mayor longevidad, con el menor número posible de visitas a profesionales de la salud. De nada servirá consumir los famosos “zumos detox” y “shots de inmunidad”, si la dieta básica está completamente desregulada. Lo básico, aunque no parezca “fancy” o “trendy”, funciona y siempre funcionará. Manténganse bien, manténganse saludables.