Prevención del Dolor
Prevención de la aparición de dolor y/o lesiones
- Prevención
El dolor puede definirse como una sensación y experiencia emocional desagradable asociada con, o similar a, el daño tisular real o potencial. Así, es posible sentir dolor en un lugar determinado sin que necesariamente haya una alteración estructural o lesión. Del mismo modo, es posible tener alteraciones estructurales sin sentir dolor. Prevenir esta sensación no es una tarea fácil, ya que el dolor es un proceso multifactorial dependiente de muchas variables. Sin embargo, existen algunos hábitos que pueden ayudar a reducir la probabilidad de sentir dolor. El ejercicio físico es, sin duda, una de las principales prácticas que debemos mantener durante toda nuestra vida. Tiene la capacidad de activar mecanismos inhibitorios del dolor, siendo este su principal efecto sobre el mismo. De esta forma, al hacer ejercicio estamos contribuyendo al aumento del umbral del dolor, es decir, disminuyendo la probabilidad de sentirlo.
¿Cuánto ejercicio debemos hacer para garantizar nuestra salud y bienestar? Según la Organización Mundial de la Salud, un adulto debe realizar entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada o entre 75 y 150 minutos de actividad física intensa por semana. ¿Qué tipo de ejercicio debemos hacer? Siempre que me hacen esta pregunta, respondo que, basándome en la evidencia científica, el mejor ejercicio es el que más placer nos da. Por ejemplo, si tenemos dolor lumbar, no estamos obligados a hacer pilates, y si tenemos artrosis en la rodilla, no necesitamos hacer hidroterapia. Debemos buscar una actividad que nos guste y contar con un profesional de la salud que ayude a adaptarla a nuestra condición clínica, como un fisioterapeuta. Sin embargo, es fundamental recordar que si nos gusta un deporte específico y no lo practicamos hace tiempo, o si vamos a probarlo por primera vez, es importante prepararnos físicamente de manera específica. ¿Cómo puedo prevenir lesiones? ¿Cuántas veces hemos escuchado la historia de alguien que intentó el pádel, o lo practicaba desde hacía poco tiempo, y sufrió una ruptura del músculo gemelo (parte posterior de la pierna) o del tendón de Aquiles? Nuestro cuerpo sigue varios "principios", uno de los cuales es el de la adaptación, es decir, se ajusta al estímulo que se le da. Este principio es clave para reducir el riesgo de lesiones. Si damos un estímulo mayor al que el cuerpo está acostumbrado o puede soportar, corremos el riesgo de sufrir una lesión. Prevenimos lesiones cuando preparamos nuestras estructuras, de forma gradual y creciente, para un nuevo estímulo, muchas veces a través de este mismo estímulo, pero con menor intensidad. Sin embargo, no es posible prevenir todas las lesiones, ya que dependen de procesos multifactoriales y no solo de la preparación del cuerpo para el ejercicio, sino también de factores contextuales como la calidad del sueño, la hidratación, la alimentación y los factores de estrés. En resumen, la gran solución para el dolor y la prevención de lesiones es la misma: el ejercicio físico. Debemos mantenernos activos, no solo para activar los mecanismos inhibitorios del dolor, sino también para prepararnos antes de introducir estímulos nuevos y estar listos para las demandas diarias o deportivas.